Rafael Muñoz es

Amano Yaku

Amano Yaku (Fu Kien 1272)

Joven maestro de chi, devoto budista: un derroche de virtudes de pelo azul.

Una infancia difícil no tiene por qué producir un bandido o un degenerado: Amano Yaku es el mejor ejemplo de ello, aunque los malos tratos en su niñez no le dejaron exento de secuelas. Huérfano, se libró de convertirse en esclavo al ser adoptado por un viejo alcohólico. Así Amano pasó su primera niñez cuidando del viejo borracho, evitando sus iras y golpes continuos, de algún modo su entrenamiento marcial empezó a los cuatro años debido a la violencia que el viejo usaba continuamente con él. Finalmente, cuando apenas tenía 10 años el hígado del viejo reventó una noche de tormenta mientras estaban cobijados en el templo de Xi-Yu. Los monjes decidieron cuidar del niño y su carácter se suavizó al convivir con otros niños y monjes, sin embargo había una rabia que afloraba en cualquier enfrentamiento, incluso el más suave de los entrenamientos. Era tan problemático que los monjes estaban pensando expulsarle del templo cuando algo cambió su vida.

Durante unos rezos, en medio de las oraciones de los monjes, el joven Yaku entró en trance, allí empezó a relatar la historia del templo y todos le escucharon con atención, como si se tratase de un maestro. Incluso se acercó allí el lama Choi Wong y escuchó con gran asombro como el pequeño Amano Yaku relataba trozos de la vida del lama que sólo él conocía. Al descubrir este don, los monjes decidieron poner a Amano bajo la tutela de Choi Wong que se encargaría de encauzar su caracter y enseñarle a controlarse. Durante 13 años viajaron por China, de templo en templo conversando, meditando y entrenando tanto las artes marciales como la capacidad de controlarse en cualquier situación, incluso un combate.

En aquel momento el lama era demasiado viejo para seguir viajando, y Amano tenía que empezar a valorar el mundo por sí mismo, Yaku prometió volver al templo de Xi-Yu para ser reconocido como maestro del estilo de la avispa. En todos sus viajes Yaku fue reconocido como luchador y experto maestro en chi, pero jamás nadie pudo explicar los misteriosos trances y visiones que a menudo le sorprenden. Ahora Yaku aspira a seguir aprendiendo a dominar su rabia, aunque tal vez no lo logre si se cruza con la familia de su primer maestro. Además ha oído algo de un santo llamado Payu, que tal vez pueda revelarle algo sobre sus extrañas visiones.

Amano Yaku venció al gigante bicéfalo Asque con una serie de golpes letales. Asque era uno de los 7 príncipes del Tibet.